lunes, 17 de junio de 2013

El lector apasionado

Hace algunos días tuve una de las sensaciones más maravillosas del mundo. Me sentí en verdad orgullosa de mi trabajo, de lo que había hecho, de que a los demás les gustará y que, incluso, llegaran a emocionarse. Sucede que mostré mi escrito a una persona y a aquella le tocó tanto el corazón que no pudo evitar derramar lágrimas. ¡Derramar lágrimas de emoción! Por mi, por mi propio sentimiento plasmado en papel, ¿no es algo simplemente maravilloso? Juro que me sentí completa, por primera vez me sentí como una escritora hecha y derecha, una real, totalmente verdadera.
Todavía sigo feliz por ello y entonces me doy cuenta de que es verdad aquello que dicen de que "el mal escritor es que el tiene miedo a mostrar lo que escribe", porque realmente nada terrible habría de pasarte, salvo tal vez que no guste. Pero en verdad eso no es el fin del mundo.
En fin, tuve la necesidad de compartirlo, de hablarles sobre este pequeño "lector apasionado", de hacerles saber mi felicidad al saber que mis letras gustaron tanto a alguien que incluso llegaron a penetrarle el alma, y que sin dudas sus lágrimas penetraron la mía. 

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