sábado, 7 de junio de 2014

Ella

Hoy me puse a pensar en Ella, la que ahora me mira desde allá arriba (o eso me dicen) mientras le ceba mates al Él, el tano.

Mientras intentaba dormir, recordé las muchas anécdotas que solía repetirme cada vez que nos veíamos y ante las cuales no me atrevía a decirle "esto ya me lo contaste" porque era maravilloso el enorme entusiasmo con el que recordaba las vivencias de su infinito pasado.

Cada vez que la nombro, recorro mi infancia en unos pocos minutos. Sus dulces caricias para despertarnos temprano en la mañana a mi y a mis hermanos, las jarras de matecocido bien azucarado que  preparaba en las calurosas tardes de Enero, los abrazos fuertes y las "escapadas" a su cama cuando había tormentas eléctricas, las canciones que me cantaba para hacerme dormir, los juegos lúdicos que utilizaba para entretenerme mientras Mamá no estaba en casa.

Ella está en todos lados. La veo sus amadas galletitas de leche, en los detalles que guardaba con extrema delicadeza dado que formaban parte de su historia, en las interminables listas de nombres y teléfonos que anotaba en su antigua agenda ya que era una enemiga declarada de la tecnología; su espíritu habita en mis ganas de vivir y en las canciones de cuna que recitan las margaritas cuando el viento las sacude en las soleadas tardes veraniegas...

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